La anorexia y la bulimia son trastornos alimentarios principalmente
pero con una fuerte connotación psicológica, la anorexia se caracteriza por una
ausencia anormal de apetito y en la bulimia, la persona tiene episodios de ansiedad
por comida en los que ingiere una cantidad excesiva de alimentos seguida de un
enorme sentimiento de culpabilidad por lo que busca medios para contrarrestar
todo lo ingerido mediante vómitos, uso de laxantes, ejercicio excesivo…..
Hay varias causas que pueden llevar a la
anorexia unas fisiológicas como cuando se produce en el proceso de
envejecimiento y otras psicológicas, estas personas tienen un miedo descomunal
a aumentar de peso, incluso cuando el que tienen ya es en sí mismo
insuficiente.
La anorexia, es un trastorno que origina
una pérdida excesiva de peso voluntaria, por parte de quien la padece, que le
lleva a un estado de debilidad. La persona no solo tiene un miedo excesivo a
ganar peso, sino que también tiene una imagen distorsionada de su propio
cuerpo, la persona se ve gorda, incluso cuando su peso está por debajo de lo
normal, esta distorsión de la realidad hace más difícil que la persona
reconozca su problema porque para ella nunca va a ser suficiente, siempre se verá
gorda, siempre se sentirá mal consigo misma, por ello aunque intente
solucionarlo por medio de ayunos y reduciendo drásticamente la cantidad de
alimentos que ingiere y la pérdida de peso sea notoria, nunca será suficiente para
el paciente.
Estos pacientes comienzan eliminando los
hidratos de carbono (que consideran que son los que más engordan), también grasas y proteínas e incluso líquidos
lo que les puede llevar a peligrosas deshidrataciones.
La anorexia se asocia con alteraciones
psicológicas graves.
Su tratamiento exige la corrección de la
malnutrición y los trastornos psíquicos, en los casos más graves es necesario internar
al paciente para protegerle de sí mismo.
Quien padece bulimia se ve impulsado a
comer abundantemente y no puede controlarse, después sufre un terrible
sentimiento de culpa y vergüenza que le lleva a purgarse por medio de vómitos,
laxantes, diuréticos y ejercicio físico excesivo para neutralizar los efectos
de las copiosas comidas e incluso les lleva a hacer dietas drásticas y rigurosas...,
de las que pasan a copiosos atracones, incapaces de dominar sus impulsos de
comer, y vuelve el sentimiento de culpa y vergüenza, es un círculo vicioso que
puede llevar a la persona a tener una media de 15 “ataques” de atracones semanales.
El peso de las personas bulímicas es normal
y ocultan sus purgaciones y vómitos, lo que hace más difícil detectar esta
enfermedad, aunque su peso sea el adecuado la persona siempre se ve gorda y aun
así no puede controlar sus ansias de comer, lo que aumenta su auto-rechazo y
baja autoestima.
No siempre se dan estas enfermedades por
separadas, en ocasiones ambas se combinan y alternan.
Existen una serie de factores que se dan a
menudo en las personas propensas a estas enfermedades, suelen ser personas muy
autoexigentes, con baja autoestima, de carácter obsesivo, inteligentes, reflexivas,
perfeccionistas, con excesiva orientación a la consecución de metas, muy influenciadas
por las modas en las que la delgadez extrema es imprescindible.
Quienes padecen alguno de estos trastornos
son personas que se caracterizan por un marcado aislamiento personal, cansancio
continuo, sueño e irritabilidad. También pueden ir acompañadas de conductas
violentas, agresión hacia personas conocidas, miembros de la familia, autoagresión
al no aceptarse, vergüenza, culpa y depresión.
Son personas que muy posiblemente hayan
tenido problemas de aceptación relacionados con el peso, antecedentes
familiares de dichas patologías o incluso algún problema alimentario o
gastrointestinal en la infancia.
Estas patologías solían afectar
principalmente a mujeres blancas y en la adolescencia, pero las modas están cambiando
y cada vez más hombres padecen estos cuadros.
El desarrollo de estos trastornos puede
llevar años, por eso los especialistas dicen que los síntomas alimenticios son
solo “la punta del iceberg” del problema. De ahí que la detección temprana sea
clave para solucionar el problema; cuanto más rápido se actúe más posibilidades
hay de salir del mismo. También, gracias a un diagnóstico temprano, se pueden
evitar los efectos secundarios de estas enfermedades que pueden llegar a ser dramáticos.
Los primeros síntomas que pueden llamarnos
la atención son: una repentina pérdida de peso; excesiva preocupación por la alimentación,
en la que se prima la ingesta de alimentos hipocalóricos y se evitan otros; disminución
en la ingesta de alimentos y aumento del ejercicio físico; la persona se aísla
para comer; comienza a tener una imagen distorsionada de su físico; inapetencia
sexual; siempre van al baño después de comer; obsesión por pesarse
constantemente; comer con ansiedad y abundantemente; excederse con los
laxantes, diuréticos..; estado de ánimo irritable, depresivo…
Estas personas pueden padecer de astenia, depresión,
caries, piel pálida o amarillenta, amenorrea, mala memoria, confusión, atrofia
muscular, calambres musculares, mareos vértigos, insomnio, hipotensión arterial…
Los efectos secundarios pueden afectar a
varios sistemas del organismo: problemas gástricos como estreñimiento, diarrea,
reflujo, síndrome de mala absorción, ulcera... : problemas cardiacos, como palpitaciones,
arritmias, bradicardias, disminución del tamaño cardiaco, prolapso de la válvula
mitral que puede llevar a la muerte súbita, hipotensión, insuficiencia cardiaca..etc;
problemas endocrinos como ovarios poliquisticos, osteoporosis, esterilidad,
alopecia, déficit tiroideo con disminución del metabolismo basal…; secuelas dermatológicas
como alopecia, acné, piel seca y amarillenta; problemas hematológicos como déficit
de leucocitos lo que les hace más propensos a las infecciones, anemia, problemas
de coagulación….; problemas nerviosos
como anomalías electroencefalográficas, atrofia de determinadas áreas cerebrales,
psicosis y otras enfermedades psiquiátricas como trastornos de ansiedad
diversos, afectivos, obsesivo-compulsivo, hipocondría, insomnio y otros
trastornos del sueño….
Con acupuntura y naturopatia podemos
emprender una acción global, actuando a todos los niveles tanto físicos como
emocionales. El primer paso para poder buscar una solución es la aceptación de
que se tiene un problema y encaminar todas las energías en evitar el mal uso de
la comida, todas las personas tenemos altibajos y si bien a veces es difícil
superarlos, tampoco es imposible.
La sociedad actual es muy exigente, muy
enfocada a la consecución de objetivos y metas, no solo a nivel laboral sino también
social, la persona tiene muchas obligaciones si quiere mantener un determinado estatus,
este grado de exigencia en personas que ya son autoexigentes en sí mismas puede
desembocar en patologías psicoactivas como la anorexia y la bulimia, la persona
se auto-rechaza y prefiere dañarse a sí misma que no ser aceptada, aunque esta “no
aceptación” sea en muchos casos subjetiva.