miércoles, 31 de julio de 2013

Anorexia y Bulimia....


 
 
La anorexia y la bulimia  son trastornos alimentarios principalmente pero con una fuerte connotación psicológica, la anorexia se caracteriza por una ausencia anormal de apetito y en la bulimia, la persona tiene episodios de ansiedad por comida en los que ingiere una cantidad excesiva de alimentos seguida de un enorme sentimiento de culpabilidad por lo que busca medios para contrarrestar todo lo ingerido mediante vómitos, uso de laxantes, ejercicio excesivo…..
Hay varias causas que pueden llevar a la anorexia unas fisiológicas como cuando se produce en el proceso de envejecimiento y otras psicológicas, estas personas tienen un miedo descomunal a aumentar de peso, incluso cuando el que tienen ya es en sí mismo insuficiente.
La anorexia, es un trastorno que origina una pérdida excesiva de peso voluntaria, por parte de quien la padece, que le lleva a un estado de debilidad. La persona no solo tiene un miedo excesivo a ganar peso, sino que también tiene una imagen distorsionada de su propio cuerpo, la persona se ve gorda, incluso cuando su peso está por debajo de lo normal, esta distorsión de la realidad hace más difícil que la persona reconozca su problema porque para ella nunca va a ser suficiente, siempre se verá gorda, siempre se sentirá mal consigo misma, por ello aunque intente solucionarlo por medio de ayunos y reduciendo drásticamente la cantidad de alimentos que ingiere y la pérdida de peso sea notoria, nunca será suficiente para el paciente.
Estos pacientes comienzan eliminando los hidratos de carbono (que consideran que son los que más engordan),  también grasas y proteínas e incluso líquidos lo que les puede llevar a peligrosas deshidrataciones.
La anorexia se asocia con alteraciones psicológicas graves.
Su tratamiento exige la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos, en los casos más graves es necesario internar al paciente para protegerle de sí mismo.
Quien padece bulimia se ve impulsado a comer abundantemente y no puede controlarse, después sufre un terrible sentimiento de culpa y vergüenza que le lleva a purgarse por medio de vómitos, laxantes, diuréticos y ejercicio físico excesivo para neutralizar los efectos de las copiosas comidas e incluso les lleva a hacer dietas drásticas y rigurosas..., de las que pasan a copiosos atracones, incapaces de dominar sus impulsos de comer, y vuelve el sentimiento de culpa y vergüenza, es un círculo vicioso que puede llevar a la persona a tener una media de 15 “ataques” de atracones  semanales.
 
El peso de las personas bulímicas es normal y ocultan sus purgaciones y vómitos, lo que hace más difícil detectar esta enfermedad, aunque su peso sea el adecuado la persona siempre se ve gorda y aun así no puede controlar sus ansias de comer, lo que aumenta su auto-rechazo y baja autoestima.
No siempre se dan estas enfermedades por separadas, en ocasiones ambas se combinan y alternan.
Existen una serie de factores que se dan a menudo en las personas propensas a estas enfermedades, suelen ser personas muy autoexigentes, con baja autoestima, de carácter obsesivo, inteligentes, reflexivas, perfeccionistas, con excesiva orientación  a la consecución de metas, muy influenciadas por las modas en las que la delgadez extrema es imprescindible.
Quienes padecen alguno de estos trastornos son personas que se caracterizan por un marcado aislamiento personal, cansancio continuo, sueño e irritabilidad. También pueden ir acompañadas de conductas violentas, agresión hacia personas conocidas, miembros de la familia, autoagresión al no aceptarse, vergüenza, culpa y depresión.
Son personas que muy posiblemente hayan tenido problemas de aceptación relacionados con el peso, antecedentes familiares de dichas patologías o incluso algún problema alimentario o gastrointestinal en la infancia.
Estas patologías solían afectar principalmente a mujeres blancas y en la adolescencia, pero las modas están cambiando y cada vez más hombres padecen estos cuadros.
El desarrollo de estos trastornos puede llevar años, por eso los especialistas dicen que los síntomas alimenticios son solo “la punta del iceberg” del problema. De ahí que la detección temprana sea clave para solucionar el problema; cuanto más rápido se actúe más posibilidades hay de salir del mismo. También, gracias a un diagnóstico temprano, se pueden evitar los efectos secundarios de estas enfermedades que pueden llegar a ser dramáticos.
Los primeros síntomas que pueden llamarnos la atención son: una repentina pérdida de peso; excesiva preocupación por la alimentación, en la que se prima la ingesta de alimentos hipocalóricos y se evitan otros; disminución en la ingesta de alimentos y aumento del ejercicio físico; la persona se aísla para comer; comienza a tener una imagen distorsionada de su físico; inapetencia sexual; siempre van al baño después de comer; obsesión por pesarse constantemente; comer con ansiedad y abundantemente; excederse con los laxantes, diuréticos..; estado de ánimo irritable, depresivo…
Estas personas pueden padecer de astenia, depresión, caries, piel pálida o amarillenta, amenorrea, mala memoria, confusión, atrofia muscular, calambres musculares, mareos vértigos, insomnio, hipotensión arterial…

Los efectos secundarios pueden afectar a varios sistemas del organismo: problemas gástricos como estreñimiento, diarrea, reflujo, síndrome de mala absorción, ulcera... : problemas cardiacos, como palpitaciones, arritmias, bradicardias, disminución del tamaño cardiaco, prolapso de la válvula mitral que puede llevar a la muerte súbita, hipotensión, insuficiencia cardiaca..etc; problemas endocrinos como ovarios poliquisticos, osteoporosis, esterilidad, alopecia, déficit tiroideo con disminución del metabolismo basal…; secuelas dermatológicas como alopecia, acné, piel seca y amarillenta; problemas hematológicos como déficit de leucocitos lo que les hace más propensos a las infecciones, anemia, problemas de  coagulación….; problemas nerviosos como anomalías electroencefalográficas, atrofia de determinadas áreas cerebrales, psicosis y otras enfermedades psiquiátricas como trastornos de ansiedad diversos, afectivos, obsesivo-compulsivo, hipocondría, insomnio y otros trastornos del sueño….
Con acupuntura y naturopatia podemos emprender una acción global, actuando a todos los niveles tanto físicos como emocionales. El primer paso para poder buscar una solución es la aceptación de que se tiene un problema y encaminar todas las energías en evitar el mal uso de la comida, todas las personas tenemos altibajos y si bien a veces es difícil superarlos, tampoco es imposible.
La sociedad actual es muy exigente, muy enfocada a la consecución de objetivos y metas, no solo a nivel laboral sino también social, la persona tiene muchas obligaciones si quiere mantener un determinado estatus, este grado de exigencia en personas que ya son autoexigentes en sí mismas puede desembocar en patologías psicoactivas como la anorexia y la bulimia, la persona se auto-rechaza y prefiere dañarse a sí misma que no ser aceptada, aunque esta “no aceptación” sea en muchos casos subjetiva.
 

 
 

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