jueves, 23 de mayo de 2013


ULCERA, consejos dietéticos.
 

 

Una Ulcera es una herida que se produce en la pared del estómago, se denomina ulcera gástrica (su localización más frecuente es en el antro) y si ocurre en la parte inicial del duodeno se denomina ulcera duodenal o péptica. Es frecuente que los pacientes que presenten ulcera gástrica tengan gastritis superficial o atrófica, en el resto de la mucosa del estómago. La gastritis crónica asociada a ulcera péptica está relacionada con la presencia en la mucosa gástrica de Helicobacter Pylori (es una bacteria que infecta el epitelio gástrico humano).

El consumo de medicamentos como corticosteroides y antiinflamatorios no esteroideos pueden tener como efectos secundarios la formación de una ulcera, ya que entre los efectos no deseables de los antiinflamatorios, esta que aumentan el riesgo de hemorragia digestiva o de enfermedad ulcerosa, pues su uso prolongado puede dañar la mucosa del tracto digestivo causando una úlcera o empeorándola.

Otra posible causa se relaciona con un síndrome de hipersecreción ácida, en el cual existe un exceso de secreción de ácidos gástricos que dañan la mucosa, estos casos son poco frecuentes.

Hábitos como como el tabaco, el consumo de alcohol y el tratamiento con radioterapia tambien pueden ser desencadenantes de esta enfermedad.

En los casos de ulcera es importante llevar una alimentación de lo más variada, excluyendo ciertos alimentos aquellos que crean molestias y los que aumentan la acidez o irritan la mucosa gástrica, no es necesaria la exclusión total en los periodos de remisión, la alimentación ha de ser lo más completa y equilibrada posible.

La rutina de alimentación debe ser constante, hacer como mínimo tres o cuatro tomas diarias, desayuno, comida, merienda y cena y si es necesario dependiendo del horario también se podría incluir una toma a media mañana. De esta forma será más fácil evitar comidas abundantes, pesadas, copiosas o muy grasas, las comidas han de ser preferiblemente ligeras, sin exceso de preparación o cocción, es importante comer lentamente y masticar bien los alimentos, recuerda la digestión comienza en la boca y en estos casos cuanto menos trabajo se le de al estómago mejor.

No comer nada líquido ni sólido, al menos tres horas antes de acostarse, el alimento en la posición de tumbado se queda en el estómago durante más tiempo, se ralentiza la digestión y produce una mayor secreción de ácidos gástricos.

Alimentos ricos en fibra como verduras, legumbres, cereales integrales, frutos y frutas secas, aumentan la motilidad del estómago e intestino por lo que es mejor limitar su consumo en los momentos de mayor incidencia de la enfermedad.

En general se debe evitar el exceso de sal, condimentos y escabeches.

Productos como el café, incluso el descafeinado, y el té, bebidas con extractos de café, bebidas con chocolate, bebidas con gas y todas las bebidas alcohólicas, irritan la mucosa gástrica,  aumentan la acidez, estimulan la secreción gástrica; los cafés y el té pueden ser sustituidos por achicoria, malta o infusiones, excepto la menta piperina que relaja el esfínter del esófago y aumenta el reflujo gástrico.

Evitar bebidas gaseosa y el exceso de azúcar. En algunos casos a las personas con acidez, el consumo de salsa de tomate y derivados, y los zumos de cítricos, puede producirles incomodas molestias.

Los alimentos muy calientes o muy fríos provocan irritación.

A medida que la enfermedad remite ir incluyendo progresivamente nuevos alimentos hasta llegar a una alimentación normal y equilibrada.

Los productos lácticos aumentan la secreción de ácido gástrico, es conveniente limitar su consumo; las carnes, pollo, pescados, huevos y sus derivados se pueden consumir si se hace con poca grasa, a la plancha, hervidos; entre las carnes habría que eliminar o limitar en la medida de lo posible, las carnes grasas y  fibrosas como el conejo, carne cocida dos veces o muy condimentada, embutidos grasos y vísceras, huevos duros, pescados en escabeche o en salazón (bacalao, arenques).

Cereales, patatas y legumbres, se pueden consumir en su mayoría, en relación con las legumbres, se aconseja cocinarlas sólo con arroz o patata y verduras, y si aun así no sientan bien, pasarlas por el chino o el pasapurés para eliminar los hollejos y mejorar su digestibilidad y tolerancia;  las legumbres cocidas con tocino, chorizo..., habrían de eliminarse o limitarse según la tolerancia de cada persona. 

Se deberían evitar el pan fresco recién horneado tipo baguette (fermenta en el estómago y crea molestias), cereales integrales, muesli (con frutos/as secas), galletas rellenas o bañadas con soluciones azucaradas o chocolate, etc.  

En el caso de verduras y hortalizas, sientan mejor los purés que las verduras cocinadas enteras; evitar las flatulentas como col, coliflor, repollo, coles de Bruselas, alcachofas, cebolla y pimiento en crudo, etc. y las ensaladas, aunque depende de la persona, si produce molestias eliminarlas.

Las frutas consumirlas preferiblemente maduras, no ácidas, batidas, asadas, en compota o en puré; limitar el consumo de fruta no madura y cruda, frutas ácidas, fruta en almíbar, frutas desecadas y frutas confitadas.

El aceite de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarinas vegetales, en crudo se toleran mejor.

Productos grasos como nata, manteca, tocino y sebos; e industriales deberían limitarse e incluso excluirse de la dieta si fuera posible. 
Consumir siempre que se pueda alimentos biológicos, tratados con menos toxinas, por lo tanto menos irritantes. 

 

No hay comentarios: