ULCERA,
consejos dietéticos.
Una Ulcera
es una herida que se produce en la pared del estómago, se denomina ulcera gástrica (su localización más frecuente es en el antro) y si ocurre en la parte inicial
del duodeno se denomina ulcera duodenal o péptica. Es frecuente que los
pacientes que presenten ulcera gástrica tengan gastritis superficial o atrófica,
en el resto de la mucosa del estómago. La gastritis crónica asociada a ulcera péptica
está relacionada con la presencia en la mucosa gástrica de Helicobacter Pylori
(es una bacteria que infecta el epitelio gástrico humano).
El consumo
de medicamentos como corticosteroides y antiinflamatorios no esteroideos pueden
tener como efectos secundarios la formación de una ulcera, ya que entre los
efectos no deseables de los antiinflamatorios, esta que aumentan el riesgo de
hemorragia digestiva o de enfermedad ulcerosa, pues su uso prolongado puede
dañar la mucosa del tracto digestivo causando una úlcera o empeorándola.
Otra posible
causa se relaciona con un síndrome de hipersecreción ácida, en el cual existe
un exceso de secreción de ácidos gástricos que dañan la mucosa, estos casos son
poco frecuentes.
Hábitos como
como el tabaco, el consumo de alcohol y el tratamiento con radioterapia tambien
pueden ser desencadenantes de esta enfermedad.
En los casos
de ulcera es importante llevar una alimentación de lo más variada, excluyendo
ciertos alimentos aquellos que crean molestias y los que aumentan la acidez o
irritan la mucosa gástrica, no es necesaria la exclusión total en los periodos
de remisión, la alimentación ha de ser lo más completa y equilibrada posible.
La rutina de
alimentación debe ser constante, hacer como mínimo tres o cuatro tomas diarias,
desayuno, comida, merienda y cena y si es necesario dependiendo del horario también
se podría incluir una toma a media mañana. De esta forma será más fácil evitar
comidas abundantes, pesadas, copiosas o muy grasas, las comidas han de ser
preferiblemente ligeras, sin exceso de preparación o cocción, es importante
comer lentamente y masticar bien los alimentos, recuerda la digestión comienza
en la boca y en estos casos cuanto menos trabajo se le de al estómago mejor.
No comer
nada líquido ni sólido, al menos tres horas antes de acostarse, el alimento en
la posición de tumbado se queda en el estómago durante más tiempo, se ralentiza la digestión y produce una
mayor secreción de ácidos gástricos.
Alimentos
ricos en fibra como verduras, legumbres, cereales integrales, frutos y frutas
secas, aumentan la motilidad del estómago e intestino por lo que es mejor
limitar su consumo en los momentos de mayor incidencia de la enfermedad.
En general se
debe evitar el exceso de sal, condimentos y escabeches.
Productos
como el café, incluso el descafeinado, y el té, bebidas con extractos de café,
bebidas con chocolate, bebidas con gas y todas las bebidas alcohólicas, irritan
la mucosa gástrica, aumentan la acidez, estimulan
la secreción gástrica; los cafés y el té pueden ser sustituidos por achicoria,
malta o infusiones, excepto la menta piperina que relaja el esfínter del esófago
y aumenta el reflujo gástrico.
Evitar
bebidas gaseosa y el exceso de azúcar. En algunos casos a las personas con acidez, el
consumo de salsa de tomate y derivados, y los zumos de cítricos, puede
producirles incomodas molestias.
Los
alimentos muy calientes o muy fríos provocan irritación.
A medida que
la enfermedad remite ir incluyendo progresivamente nuevos alimentos hasta
llegar a una alimentación normal y equilibrada.
Los
productos lácticos aumentan la secreción de ácido gástrico, es conveniente limitar
su consumo; las carnes, pollo, pescados, huevos y sus derivados se pueden
consumir si se hace con poca grasa, a la plancha, hervidos; entre las carnes habría
que eliminar o limitar en la medida de lo posible, las carnes grasas y fibrosas como el conejo, carne cocida dos
veces o muy condimentada, embutidos grasos y vísceras, huevos duros, pescados
en escabeche o en salazón (bacalao, arenques).
Cereales,
patatas y legumbres, se pueden consumir en su mayoría, en relación con las
legumbres, se aconseja cocinarlas sólo con arroz o patata y verduras, y si aun
así no sientan bien, pasarlas por el chino o el pasapurés para eliminar los
hollejos y mejorar su digestibilidad y tolerancia; las legumbres cocidas con tocino, chorizo..., habrían de eliminarse o
limitarse según la tolerancia de cada persona.
Se deberían evitar
el pan fresco recién horneado tipo baguette (fermenta en el estómago y crea
molestias), cereales integrales, muesli (con frutos/as secas), galletas
rellenas o bañadas con soluciones azucaradas o chocolate, etc.
En el caso
de verduras y hortalizas, sientan mejor los purés que las verduras cocinadas
enteras; evitar las flatulentas como col, coliflor, repollo, coles de Bruselas,
alcachofas, cebolla y pimiento en crudo, etc. y las ensaladas, aunque depende
de la persona, si produce molestias eliminarlas.
Las frutas
consumirlas preferiblemente maduras, no ácidas, batidas, asadas, en compota o en puré; limitar
el consumo de fruta no madura y cruda, frutas ácidas, fruta en almíbar, frutas
desecadas y frutas confitadas.
El aceite de
oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarinas vegetales,
en crudo se toleran mejor.
Productos
grasos como nata, manteca, tocino y sebos; e industriales deberían limitarse e
incluso excluirse de la dieta si fuera posible.
Consumir siempre que se pueda alimentos biológicos, tratados con menos toxinas, por lo tanto menos irritantes.
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