¿Quien no ha padecido
insomnio alguna vez? Hay muchas razones que nos hacen pasar una mala noche o
una noche “en blanco”, el problema es cuando esta situación deja de ser
excepcional y pasa a ser constante, la falta de sueño tiene efectos inmediatos
tales como falta de concentración, somnolencia, torpeza, ralentización y
disminución de la actividad, estos síntomas desaparecen rápidamente con una
buena noche de sueño pero si el problema sucede de forma continuada durante
largos periodos de tiempo, la falta de sueño puede llevar a situaciones mucho más
graves.
Durante el
sueño, se produce una perdida reversible de la conciencia y actividad motora
por medio de la cual se consigue la reparación del cansancio físico y psíquico.
Una persona
adulta debería dormir al menos de 7 a 9 horas diarias, cosa que raramente se
consigue debido a la vida que llevamos.
Las personas
que duermen menos de 6 horas están expuestas a importantes riesgos, según un
estudio de la Universidad de Texas, después de 7 noches de poco sueño ya
sufrimos alteraciones genéticas que podrían desencadenar en problemas cardíacos
y obesidad, entre otras enfermedades.
Según un
estudio de la Clínica Mayo (Estados Unidos), la falta de sueño aumenta el
riesgo de accidente cerebrovascular, el riesgo es cuatro veces mayor para los
adultos que duermen menos de 6 horas de manera regular.
La falta de
sueño provoca cambios hormonales que aumentan el apetito, además es un apetito
de comida poco saludable y alta en calorías, como si de antojos se tratara, las
ganas de comer se transforman en necesidad, lo cual conduce inevitablemente al
aumento de peso.
La falta de
sueño aumenta la resistencia a la insulina, por lo que se corre más riesgo de
padecer diabetes.
Normalmente
cuando se duerme poco o mal, aumentan los olvidos y disminuye la memoria, si la
situación se prolonga en el tiempo, se pueden provocar daños cognitivos
permanentes, esto es debido a que durante el sueño se activa el almacenamiento
de la memoria.
Dormir poco
puede causar “deterioro cerebral”, según un estudio de la Universidad de
California.
También los
huesos se pueden ver afectados, según un estudio del Colegio Médico de
Wisconsin (EEUU), la falta de sueño puede conducir a la osteoporosis. En un
experimento con ratones, los investigadores encontraron que la densidad mineral
de los huesos y la médula ósea disminuyó en los roedores cuando fueron privados
de sueño por 72 días.
Una
investigación de la Sociedad Americana del Cáncer, determinó que dormir poco
incrementa el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal o
de mama.
Como
consecuencia de la falta de sueño la producción de sustancias químicas y
hormonales se altera, y puede provocar enfermedades cardiacas, quienes duermen
6 horas o menos tienen un 48% de riesgo de desarrollar o morir por una
enfermedad cardíaca.
Un estudio
publicado en Journal Sleep, concluyó que quienes duermen menos de 7 horas por
noche mueren más jóvenes. Se determinó que quienes descansan poco son cuatro
veces más propensos a morir dentro de los siguientes 14 años por diversas
enfermedades, no sólo problemas cardíacos.
Insomnio se
define como la dificultad para iniciar el sueño, aunque en realidad puede
producirse de varias maneras, como dificultad de conciliar el sueño al
acostarse (insomnio inicial); despertarse frecuentemente durante la noche
(insomnio intermedio); o despertarse mucho más pronto de lo deseado (insomnio
terminal).
También se
clasifica de diferentes maneras:
-
En
función de la duración: agudo o transitorio, de corta duración, debido
a situaciones no habituales (viajes, exámenes…) y que desaparece con ellas; de duración
media, dura un mes aproximadamente y se debe a situaciones más graves o de
mayor duración (problema familiar, económico, laboral..); larga duración más de
un mes, las causas son varias y no claras, puede tratarse de verdadero
insomnio.
-
Por
su intensidad puede ser: leve o ligero, ocurre casi cada noche pero no
representa una alteración de la calidad de vida; moderado, ocurre cada noche y afecta a la calidad de vida de forma
moderada, aumenta la fatiga, irritabilidad, ansiedad…; grave, ocurre cada noche
como el anterior pero el deterioro es mayor, así como sus efectos.
-
Según
la forma en que se presenta: de conciliación, cuando se tarda más de 30 minutos
en conciliar el sueño; de mantenimiento, el sueño se ve interrumpido durante la
noche y es difícil recuperarlo; de despertar precoz, la persona se despierta
antes de lo deseado es más típico en ancianos y personas depresivas.
Con
Acupuntura lo que se consigue es calmar el sistema nervioso, se disminuye el estrés
y se reequilibran las energías, el cuerpo se relaja y en muchas ocasiones el
paciente se duerme durante la sesión.
Hay gran
diversidad de estudios que demuestran que la acupuntura es muy efectiva en los
casos de insomnio, y sin olvidar que no tiene efectos secundarios, mientras que
la farmacología tiene serios efectos secundarios.
También se pueden
mejorar las horas de sueño adoptando algunos sencillos hábitos como hacer
ejercicios de relajación, meditación, respiración..; evitar grandes comilonas
nocturnas, especialmente comidas picantes, carnes rojas, alcohol, cafeína, y no comer nada al menos una hora antes de acostarse; no hacer ejercicio por la
tarde-noche; no trabajar por la noche, intentar dejar la mente tranquila; apagar la televisión,
ordenador o aparatos electrónicos una media hora antes de acostarse .