domingo, 9 de junio de 2013


COMO NOS AFECTAN LOS CAMBIOS CLIMATICOS….

 


Desde hace ya más de 3000 años, la teoría de los cinco elementos en medicina tradicional china, asigna a cada órgano principal del cuerpo una estación específica: así el hígado se corresponde con la primavera que genera; el corazón con el verano que expande; el bazo con la quinta estación, una estación intermedia, no tiene estación propia y acoge a todos los elementos para la transformación de sus energías, estabiliza; al pulmón con el otoño que contrae y al riñón con el invierno que conserva; cada órgano es especialmente sensible a su estación que puede debilitarlo y hacerlo vulnerable.
En la antigua Grecia, el gran medico Galeno, utilizaba un particular procedimiento para diagnosticar, según el cual, ciertos días de cada fase lunar provocaban sus propios y singulares efectos en las enfermedades o tratamientos de médicos.
Hipócrates definía el clima como el conjunto de circunstancias atmosféricas propias de una región, capaces de influir sobre los seres vivos. La climatología médica, se basa en estos principios, y se dedica al estudio de la influencia que el clima ejerce en los seres humanos, tanto por sus efectos terapéuticos como por sus posibles perjuicios para la salud.
En el siglo pasado, se profundizo más en los estudios que buscaban una relación entre los fenómenos climáticos y ciertas enfermedades, y se ha encontrado una influencia directa de estos, en enfermedades como el glaucoma, los trastornos cardíacos y circulatorios, cólicos nefríticos y hepáticos y las alteraciones anímicas, como melancolía, desánimo y angustia; estas investigaciones permiten confirmar que los cambios climáticos coinciden con el aumento de suicidios, crímenes violentos y otras manifestaciones relacionadas con la conducta y las actividades humanas.

De que modo nos afectan estos cambios:

En primavera empezamos a sentirnos más animados gracias a la luz del sol que nos levanta el ánimo, la luz del sol produce una radiación ultravioleta más intensa durante la primavera y el verano, esta radiación hace que disminuya la producción natural de melatonina, que es la hormona encargada de hacernos sentir sueño, y hace que aumente la serotonina que es la hormona del bienestar,  que nos hace sentir alegres, felices… pero si nos falta la luz del sol en primavera o verano, disminuirán los niveles de serotonina por lo que tendremos más posibilidad de sentirnos deprimidos y aumentara la melatonina que nos hará sentir somnolientos, estaremos decaídos y provocara que quienes tengan antecedentes de problemas mentales corran el peligro de caer en depresiones serias.
Las variaciones de presión barométrica influyen directamente en la humedad del ambiente, haciendo que esta aumente o disminuya, esto provoca que los tejidos del organismo se hinchen, aunque para muchas personas este hecho pasa prácticamente inadvertido, para aquellos que padecen artritis, artrosis, enfermedades reumáticas, fibromialgia... es un serio problema ya que la más leve inflamación de las articulaciones aumenta considerablemente su dolor.
Los cambios de presión barométrica también son desencadenantes de un alto porcentaje de migrañas, ya que mientras que el calor dilata las  venas y capilares, el frio las contrae, la alternancia entre ambas puede provocar estos molestos dolores de cabeza en las personas propensas a ellos e incluso en personas que normalmente no los padecen.
La presión atmosférica, puede alterar notablemente la tensión arterial, las personas hipertensas son sensibles a los cambios de presión, les afectan directamente, tanto el aparato cardiovascular, como el sistema central son muy sensibles a los cambios de presión atmosférica, que en casos extremos pueden provocar: trastornos respiratorios, taquicardia, sensación de falta de aire, dolor de cabeza, pesadez, apatía, disminución de la agudeza auditiva y fatiga muscular.
 

Todo en su justa medida es agradable, pero los excesos para nada son buenos, aunque después de un largo invierno nos apetezca que llegue el calor, si lo que recibimos es una ola de calor, se generaliza el mal humor y con ello llegan los conflictos, esto es debido a que en el cerebro el área que controla la temperatura y el área que controla las emociones están muy cercanos y lo que afecta a uno por proximidad afecta también al otro, si en el primero se eleva mucho la temperatura en el área de las emociones ocurre lo mismo así se exacerban las sensaciones y aumenta la irritabilidad.
El ser humano es un animal de sangre caliente, necesita mantenerse en una temperatura constante de entre 36,5° y 37°C, para lo que emplea intrincados mecanismos metabólicos, vasculares y cutáneos que le ayudan a almacenar el calor en función de la temperatura exterior, el frio intenso hace que este mecanismo provoque una vasoconstricción periférica intensa para aumentar el metabolismo basal y así producir el calor suficiente para mantener una temperatura corporal optima; por el contrario el calor provoca vasodilatación periférica, sudoración perdida de líquidos y electrolitos a través de la piel, para eliminar el exceso de calor y mantener la temperatura óptima.
Un calor extremo, lo que se conoce como golpe de calor puede desencadenar una respuesta desmesurada que provoque hipertermia, deshidratación, dolor intenso de cabeza, y puede afectar seriamente el sistema nervioso central. Un frio extremo puede provocar coágulos sanguíneos que lleven a problemas cardiacos y derrames cerebrales.
La humedad dificulta la sudoración y aumenta la eliminación de líquidos a través del riñón, el exceso de humedad es difícil de tolerar, es molesta e irritante.
 

Las lluvias y nieve, a pesar de aumentar el grado de humedad, limpian el ambiente, arrastran el polvo y otras partículas suspendidas,  en principio purifican y mejoran el aire que respiramos, sin embargo las personas que padecen asma se ven seriamente afectadas después de las tormentas, más intensamente si se trata de tormentas con ráfagas de viento moderados a fuertes y humedad; esto puede ser debido a que la lluvia hace explotar los granos de polen facilitando su inhalación y los relámpagos pueden desatar una reacción química que transforme contaminantes en promotores de asma.

El viento afecta directamente a las personas provocando irritabilidad, insomnio, angustia, fatiga o palpitaciones.
 
Mas información sobre la influencia del clima en ¿Nos afectan los cambios climmaticos? 
 
 
 
 

No hay comentarios: